Después de la tormenta... llegaron los abrazos.
La crisis diplomática desatada hace una semana entre Colombia, Ecuador, Venezuela y que embarcó de última hora a Nicaragua, y que amenazó con desembocar en un conflicto bélico, quedó superada ayer de la manera menos esperada, con simbólicos apretones de manos y abrazos de los presidentes involucrados, lo que fue satisfactorio y un alivio continental.
La polémica se desató por el ataque de tropas colombianas a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano el sábado pasado y donde murió el número dos de las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia, “Raúl Reyes”. Lo que mermó con la ruptura de relaciones diplomáticas de Quito con Bogotá, apoyada por medidas similares de Caracas y recientemente a la que se unió Managua.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Venezuela, Hugo Chávez, reforzaron además sus fronteras con Colombia, que para no aumentar las tensiones se abstuvo de enviar tropas a las puertas de los vecinos.La crisis, que no obtuvo respuesta favorable en un debate en la Organización de Estados Americanos (OEA), el miércoles pasado, trasladó la crisis a República Dominicana, a la XX Cumbre de Río.
RÍO. En Santo Domingo, Uribe y Correa fueron centro de atención al lanzarse acusaciones mutuas de apoyo o adoptar el terrorismo, mientras Chávez mostraba mesura para resolver la situación.
Durante su intervención, Uribe volvió a disculparse con Correa por la incursión militar, pero en un enérgico discurso le acusó de no cooperar en la lucha contra el terrorismo y sobre el ataque a los miembros de la guerrilla señaló que: “no eran arcángeles durmiendo en pijama, eran terroristas”. Asimismo, indicó que documentos que obtuvieron de las cuatro computadoras decomisadas a la guerrilla revelan el financiamiento de la campaña del hoy presidente Rafael Correa por parte de las FARC.
REACCIÓN. En respuesta a las acusaciones, el mandatario de Ecuador dijo que “es Colombia el culpable del terrorismo y no sus vecinos”.
En cinco puntos Correa señaló que “el gobierno colombiano no quiere la paz, quiere la guerra” y le volvió a solicitar a Uribe que reconozca que “hubo una violación al territorio ecuatoriano”.
Asimismo, propuso que si se requiere, se puede crear una fuerza internacional de paz para controlar la frontera sur de Colombia. Además rechazó que haya recibido apoyo de las FARC y que Ecuador apoye a ese grupo armado.
DESENLACE. Cuando parecía que el polémico asunto quedaría en el letargo, a petición del presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, anfitrión de la Cumbre, Uribe, Correa y Chávez frenaron esta crisis.
Uribe dijo que por su parte estaba dispuesto a recorrer el camino de la política para superar las diferencias con Venezuela y Ecuador, lo que levantó los aplausos de las 18 delegaciones en la Cumbre.
A esa declaración Correa respondió con su consentimiento, tras lo cual, Uribe se dirigió hasta el lugar donde se encontraba su par ecuatoriano y ambos se dieron la mano.
Tras esta acción, Uribe se dirigió hacia Hugo Chávez con quien no solo estrechó su mano sino que se dieron un abrazo para zanjar una crisis que avistaba vientos de guerra.
Nicaragua retoma las relaciones con Colombia.
Veinticuatro horas después de haber anunciado que Nicaragua rompía relaciones con Colombia, derivado de su apoyo a Ecuador tras el ataque a una base de las FARC en un país ajeno, el presidente nicaragüense Daniel Ortega, rectificó su postura ayer durante la XX Cumbre de Río, en República Dominicana, e informó que su país retomaba las relaciones con el gobierno de Álvaro Uribe, una vez que los presidentes protagonistas de este conflicto dieron por zanjado un conflicto diplomático.
“Nicaragua da para atrás lo que era la ruptura de relaciones con Colombia,” anunció Ortega al culminar la cumbre del Grupo de Río, en la que se dio un abrazo con el mandatario colombiano, Álvaro Uribe, en señal de acercamiento.
Ortega refirió que los acuerdos logrados ayer en Santo Domingo, que entre otros asuntos pusieron fin al conflicto entre Ecuador y Colombia, permiten retomar las relaciones de su país con el gobierno colombiano.
El Grupo de Río de países latinoamericanos cerró sus deliberaciones con una declaración que incluyó una salida consensuada al conflicto desatado en la región andina tras el ataque colombiano.
Caracas, con mesura, llamó a “enfriar” la crisis
Con un giro total a su postura sobre la crisis diplomática que desde hace una semana tenía pendiendo de un hilo las relaciones diplomáticas entre Colombia y Ecuador, el presidente venezolano Hugo Chávez, dijo ayer que es momento de “irse enfriando” y que los nervios en torno a la crisis con Bogotá comiencen a templarse. “Las mentes y los nervios deben irse enfriando (...) como un primer paso” para encontrar salidas, dijo el mandatario a la prensa, minutos antes de la apertura de la XX Cumbre de Río.
“Es una guerra que amenaza con internacionalizarse, por eso hay que llamar a la reflexión a todos: o es la guerra o es la paz”, señaló un desconocido Chávez quien el pasado domingo ordenó el envío de 10 batallones de tanques para vigilar la frontera de Venezuela con Colombia.
Ecuador y Colombia rompieron relaciones diplomáticas el martes pasado, tras la incursión el 1 de marzo de tropas colombianas a territorio ecuatoriano para atacar un campamento de las FARC, en el que fue abatido el segundo jefe del grupo insurgente, Raúl Reyes, y otras 23 insurgentes.
GUERILLA. Chávez, antes de iniciar la Cumbre, abogó por evitar la guerra en América Latina y por un proceso que permita la transformación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un partido político “sin que maten a sus miembros”.
Asimismo, pidió a los rebeldes colombianos “que humanicen la guerra, que no utilicen el secuestro como un arma de guerra”.
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